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Arrepiéntete y cree: el corazón del mensaje de Jesús

  • Foto del escritor: Chris
    Chris
  • hace 4 horas
  • 4 Min. de lectura

Desde el comienzo de su ministerio, Jesús hizo una declaración clara y contundente: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepiéntanse y crean en el evangelio» (Marcos 1:15). Este mensaje destaca dos acciones clave que van de la mano: el arrepentimiento y la fe. Separarlas cambia el significado de lo que Jesús enseñó. Esta publicación explora por qué la fe por sí sola no es suficiente y por qué el arrepentimiento es esencial para una relación genuina con Jesús.



Por qué la creencia por sí sola no es suficiente


Mucha gente piensa que simplemente creer en Jesús basta para recibir la vida eterna. Sin embargo, Jesús mismo advierte que creer sin acción ni cambio es insuficiente. Él dice: «No todo el que me dice: 'Señor, Señor', entrará en el reino de los cielos» (Mateo 7:21). Llamar a Jesús «Señor» demuestra fe, pero Jesús enseña que las palabras por sí solas no traen la vida que él ofrece.


¿Qué falta? Jesús enfatiza la necesidad de una verdadera conversión del corazón. La fe debe ir acompañada del arrepentimiento, una sincera conversión del corazón a Dios que lleve a un cambio de actitud y acción. Sin esto, la fe es superficial y no conduce a la transformación que Jesús exige.


La seriedad y el cuidado en el llamado de Jesús al arrepentimiento


Jesús habla con urgencia, pero también con compasión. Advierte: «No, les digo; si no se arrepienten, todos perecerán igualmente» (Lucas 13:3). Estas palabras no pretenden asustarnos, sino despertarnos a la realidad de que no podemos encontrar la vida mientras permanezcamos alejados de Dios.


El arrepentimiento no es un castigo. Es el camino de regreso a la vida, un camino de sanación y restauración. Jesús nos invita a alejarnos de lo que nos daña y a abrazar la nueva vida que él nos ofrece.



Vista a la altura de los ojos de una Biblia abierta sobre una mesa de madera con suave luz natural.
A narrow forest path turning toward the light

Entendiendo por qué es necesario el arrepentimiento


Jesús explica que el problema no son solo nuestras acciones, sino lo que habita en nuestro interior. Dice: «Lo que sale del hombre es lo que lo contamina. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los malos pensamientos…» (Marcos 7:20-21). Esto significa que el pecado está arraigado en lo más profundo de nuestro corazón, no solo en nuestras acciones.


El arrepentimiento comienza cuando reconocemos esta verdad. Sin comprender lo que está mal en nuestro interior, no tenemos nada que rechazar. Es un momento de autoexamen honesto, donde vemos nuestra necesidad de cambio y la gracia de Dios.



De qué estamos llamados a arrepentirnos


Jesús da la medida más clara del bien y del mal: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente… Y amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mateo 22:37-39). Este simple pero profundo mandamiento revela la esencia del pecado.


El pecado es todo aquello que quebranta el amor a Dios o al prójimo. Incluye no solo malas acciones, sino también actitudes como:


  • El orgullo , que se coloca a uno mismo por encima de Dios y de los demás.

  • Juicio , que condena a los demás mientras se niega a mirarse a sí mismo.

  • Falta de misericordia , cuando se niega la compasión

  • Indiferencia , cuando el amor se enfría

  • Hipocresía , cuando la justicia exterior esconde un corazón impenitente

  • Dureza hacia los demás , cuando el corazón se niega a perdonar.


Estas son las faltas que Jesús expone repetidamente. El verdadero arrepentimiento implica reconocer estas actitudes y alejarse de ellas.


Cómo el arrepentimiento y la fe trabajan juntos


Creer en Jesús abre la puerta a una relación con Dios. El arrepentimiento allana el camino al eliminar las barreras causadas por el pecado y las malas actitudes. Juntos, forman el fundamento de una fe genuina.


Cuando nos arrepentimos, reconocemos nuestra necesidad del perdón de Dios y nos comprometemos a vivir conforme a su amor. Cuando creemos, confiamos en el poder de Jesús para salvarnos y transformarnos. Esta combinación nos lleva a una vida que refleja el reino de Dios.



Pasos prácticos para aceptar el arrepentimiento y la fe


Todo esto comienza no con nuestra fuerza, sino al acercarnos honestamente a Jesús, quien da gracia para arrepentirse y poder para cambiar, como dijo: “Separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5):


  • Reflexiona honestamente sobre tu corazón : tómate un tiempo para considerar qué actitudes o acciones te separan del amor de Dios.

  • Confiesa tus faltas : Habla abiertamente con Dios sobre lo que necesitas cambiar.

  • Comprometerse a cambiar : El arrepentimiento significa alejarse del pecado y elegir vivir de manera diferente.

  • Confía plenamente en Jesús : cree en su poder para perdonar y renovar tu corazón.

  • Vive el amor : muestra amor a Dios y a los demás como Jesús manda.


Estos pasos ayudan a llevar la creencia más allá de las palabras hacia una vida transformada por el arrepentimiento.


El mensaje que Jesús dio desde el principio sigue siendo claro: la fe y el arrepentimiento van de la mano. Creer sin arrepentimiento es incompleto, y el arrepentimiento sin fe en Jesús carece de poder salvador. Juntos, conducen a la vida que Jesús promete, una vida arraigada en el amor a Dios y al prójimo.

 
 
 

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